En 2011 la revista HABeCu publicó un articulo donde se narraba un hecho acontecido al Capitán Manuel Capote durante su peregrinación por el Camino Mozárabe de Santiago y que, tras conseguir vencer su renuencia a que este sea publicado, transcribo literalmente.
LA CARA HUMANITARIA DE LA GUARDIA CIVIL
CAPITÁN CAPOTE
Quiero a través de estas líneas dar a conocer la actuación solidaria de un brillante oficial de la Guardia Civil, residente en Córdoba, prestando sus servicios en la Comandancia de la Guardia Civil en calidad de Capitán Ayudante.
Se trata de Manuel Capote García, bien conocido por Capitán Capote, natural de Aguilar de la Frontera, ciudad que lo vio nacer allá por el año 1952. Existe vínculo vocacional en su familia por La Benemérita. Un tío, su hermano, un hijo y dos sobrinos lucen con orgullo el tricornio. Sus comienzos fueron de guardia en Zaragoza, después Vitoria, Málaga y Córdoba, donde lleva residiendo unos ocho años.
Deportista maratoniano, corredor de maratón consiguiendo las dos horas cuarenta y tres minutos en el Maratón de Sevilla. Suele caminar habitualmente más de trescientos km mensualmente de media, haciendo entre cinco/seis km. a la hora. Todo un récord. Ha realizado dos veces el Camino de Santiago, este último, recorrió desde Córdoba más de mil km en treinta y cuatro días.
A su espíritu deportivo hay que añadir su profundo amor por la Guardia Civil, más que demostrado, su espíritu de servicio, su caballerosidad, su carácter abierto y dialogante y sobre todo su alto concepto del compañerismo de la solidaridad y de la amistad. Son muchas las virtudes que acompañan al Capitán.
El pasado mes de mayo partió en solitario, andando en su segunda peregrinación a Santiago de Compostela, ruta “Camino Mozárabe”, llegando a la ciudad Compostelana treinta y cuatro días después.
Durante el duro y fatigoso camino, ese digno Oficial encontró casualmente a una peregrina de nacionalidad francesa que había sufrido un serio accidente encontrándose herida y desvanecida, prestándole los primeros auxilios. Tuvo que inmovilizarle el brazo con los escasos medios de que disponía, ayudado por otros peregrinos que llegaron.
Recabó seguidamente el apoyo de la Guardia Civil de la zona de Tábara (Zamora), a la que dada la dificultad del terreno por ser un lugar escabroso de difícil acceso para que los vehículos y la ambulancia llegaran al sitio, fue guiándolos a través de su móvil hasta que fueron localizados en el sitio donde se encontraban y con su valiosa ayuda, fue felizmente evacuada la peregrina a un centro sanitario donde fue atendida por los servicios médicos correspondientes.
Como anécdota emocionante, decir que la llegada de los efectivos de la Guardia Civil fue recibida con vivas y aplausos, embargados por la emoción vivida y la satisfacción del deber cumplido por este ejemplar guardia civil
He conocido este hecho de manera casual. Un elemental principio de amistad y admiración hacia este resuelto y valeroso guardia civil me motiva a expresarle mi más cordial enhorabuena, y mi alta consideración personal hacia él, expresándole la unánime felicitación de nuestra Hermandad por su generosa actuación, que debería quedar escrita en ese inexistente libro de oro que narrase tantas y tantas anónimas actuaciones de esos hombres vestidos de verde que dignifican y honran con su proceder y buen hacer a España, a la que un día juraron servir aun a costa de su propia vida.
ANTONIO FIGUERAS GARRIDO
Presidente de la Hermandad de Amigos del Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil de Córdoba.

Imagen original del articulo citado
Fuente: Joaquín Gómez